Veridiana Leite

Durante su estancia en la Residencia Ey!Studio AiR, la artista brasileña Veridiana Leite ha bailado de muchas maneras, no solo con el cuerpo, sino con los gestos, la mirada, y su manera de componer. Partiendo del vínculo que tiene con la danza como ex bailarina profesional, como si de una coreografía se tratara, la artista ha ido realizando pequeños bocetos a modo de ensayo que le han permitido poder lanzarse a la pista, en este caso, el lienzo en blanco, e ir componiendo, a la vez, distintas pinturas interconectadas entre sí que han estado siempre visibles durante todo el proceso de trabajo, creando capas de información, texturas y narrativas que le han conectado con el pasado. Es la primera vez que Veridiana Leite incorpora la danza en sus pinturas, realizando un viaje a su yo adolescente, y en una temporalidad cíclica, han aparecido esos anhelos, recuerdos y colores que parece que nunca se dejan atrás. Partiendo de autorretratos que la artista se ha realizado bailando, ha incorporado el cuerpo fragmentado en movimiento, el ritmo, añadiendo, aún si más cabe, libertad gestual a su pintura, recreando esa sensación que solo se vive bailando, donde cuerpo y mente se conectan simplemente para existir en ese preciso momento, como una acción meditativa.
Observar detenidamente la pintura de Veridiana Leite es adentrarse en uno y mil paisajes, entre la nostalgia, los recuerdos y lo emocional se descubren detalles de una iconografía propia que la artista lleva trabajando durante mucho tiempo creando un lenguaje personal al que ahora se le añade la danza. “Quiero morir bailando” es lo que le dijo un artista español a Veridiana Leite durante una noche de fiesta en Madrid, y que si observas, encontrarás escrita en una de sus obras, un statement, que la artista se lleva de vuelta a casa. 

Begonya Garcia