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Taylor Prinsen

(Austin (EEUU), 1993)

La Virgen  y las Manolas

"El proyecto "La Virgen y las Manolas" es una mirada de cómo he lidiado y deconstruido la forma en la que la religión ve, restringe, controla y somete a las mujeres.

Carl Jung escribió, 
"sólo la paradoja se acerca a la comprensión de la plenitud de la vida", creo que varias cosas aparentemente contradictorias pueden ser ciertas al mismo tiempo.

Mi paradoja es que puedo ver la belleza, la pureza y el valor de las tradiciones religiosas al
mismo tiempo que critico esa religión. Puedo apreciar los valores que el cristianismo
evangelico me inculcó en mi niñez y adultez, aunque miro hacia atrás con mucha tristeza,
arrepentimiento e incluso enfado. No sería quien soy hoy sin esa fe, pero a veces deseo
que ese aprendizaje no hubiera tenido que ser así.
El cristianismo me dio los mejores valores que he tenido, pero también me dio mis mayores
traumas.

Esa es mi paradoja."

"Para mí, permanecer virgen hasta el matrimonio fue producto de mi creencia y devoción al
cristianismo evangélico occidental moderno, al Cristo del que me enseñaron y a la cultura
de la pureza. A las jóvenes en la Iglesia, se les leen pasajes que les dicen lo que deben y
no deben pensar sobre su cuerpo y su sexualidad:

Corintios 6:19-20: “¿No sabéis que vuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, que
está en vosotras, a quien habéis recibido a Dios? No eres tuya; fuiste comprada por un
precio. Por tanto, debéis honrar a Dios con vuestros cuerpos”. 1 Corintios 7:4: “La mujer no
tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino que se lo da al marido”. 2 Corintios 11:2: “Os
prometí a un solo marido, a Cristo, para presentaros como una virgen pura a él”. “No eres tuya” es una de las frases más dañinas que se le puede decir a una mujer ya que nos desvincula inmediatamente de nuestros cuerpos y exculpa a los hombres de la violencia
sexual. Durante los primeros dos años de mi matrimonio, el sexo fuera doloroso y
extremadamente incómodo. En realidad, me convertí en la mujer de un marido que
necesitaba sexo, mi cuerpo servía para apagar su deseo y mi deber como mujer era dárselo
y convertirme en una esposa cristiana ardiente que le da a su esposo muchos orgasmos y
bebés.
En este proyecto, aparezco representada como la Virgen, no porque esté tratando de
burlarme de ella o de cualquiera que tenga fe, sino que la concibo como una mujer a quien
su identidad sexual la define. Hablamos de ella como si no fuera una mujer y la parte que
más la representa es qué actos sexuales ha realizado. La Iglesia la venera como mujer
virgen colocándola muy cerca de la deidad de Cristo, Jesús y el espíritu santo, todo
hombres, por supuesto."


"En la Semana Santa en España, la Virgen es llevada en un trono por los miembros de la
Hermandad, normalmente hombres, aunque desde hace poco tiempo, algunas cofradías
permiten que las mujeres también la porteen durante la procesión. Esto requiere una fuerza
y una coordinación increíbles. Hay cientos de velas encendidas y la Virgen está vestida con
bordados de oro.
Las hermanas Manolas son una tradición de las mujeres de la Cofradía, representan “una
expresión de duelo para las mujeres adultas, en señal de duelo por la muerte de Nuestro
Señor Jesucristo”. Visten mantillas negras en Semana Santa aunque durante el resto del
año visten de blanco. Caminan con elegancia y tienen requisitos de vestimenta y
comportamiento muy estrictos que incluyen: vestido negro sin escote y sin ceñir, deben
llevar medias, tacones negros discretos, el pelo recogido en un moño, una mantilla negra,
maquillaje natural, joyas discretas, no se permiten gafas de sol ni teléfono móvil, no se
permite beber ni fumar, y deben llevar a la vista el rosario así como la medalla de la
Hermandad.
Viendo a las Manolas en las procesiones de Madrid, he visto mucho encaje negro, las
mismas telas que veo en mis sesiones de Boudoir (un tipo de fotografía femenina en la que
prima la elegancia y la sensualidad de la mujer por encima de todo), o la lencería que
suelen llevar mis clientas en las sesiones de fotografía. El encaje se asocia con la
sensualidad, la belleza, cubre el cuerpo, mientras que también lo muestra. Así que se
supone que debemos ser respetuosas y castas, pero también ser sexualmente deseables y
hermosas. No se trata de una muestra de identidad, sino de cómo somos percibidas por los
hombres que nos rodean.
Este proyecto tiene un gran componente identitario y parte de mi propia experiencia, al
compartirlo, me gustaría generar una reflexión acerca de cómo la educación recibida nos ha
moldeado la visión hacia nuestro propio cuerpo y nuestra sexualidad. Por el tipo de
educación que he recibido y el contexto en el que he crecido, realizar este proyecto para mi
ha sido un acto de empoderamiento. Todas las humillaciones a las que fui sometida han
hecho que realizara este proyecto sin una pizca de remordimiento, vergüenza o
preocupación."


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BIO

Taylor Prinsen (Austin, Texas, 1993),  es fotógrafa desde hace 14 años. Está especializada en la fotografía Boudoir, así como imágenes de estilo de vida para las marcas y las empresas. Con un fondo en el trabajo sin fines de lucro (ONG) y una pasión por aprender sobre la cultura, le ha  interesado documentar partes de la cultura española con la fotografía durante su residencia para observar cómo la cultura, la socio economía, el gobierno y religión se unen en la ciudad de Madrid y la interpelan desde sus vivencias personales.

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